Quiero ser parte de un mundo sin sombras donde no sienta la persecución de mi ser y aquella nostalgia tan abusiva que se apodera de mi.
Quiero adentrarme a un mundo surrealista, a las animaciones de mis sueños y a los pensamientos que no 
recuerdo.
Quiero introducirme en mis suspiros, contenerme en un ahogo y depositarme en el lamento.
Lo quiero ahora, en el momento menos indicado.
Sumergirme pronto en el olvido, ingresar al mundo iluso de mi ser.
Quiero ser en un mundo quien sostiene y estropea todo a la vez.
Estar atenta a los pasos surcados por espinas, a las palpitaciones inconstantes del corazón
Quiero saber más de lo que se sin que eso me atormente.
Encontrar respuestas a preguntas que no he realizado.
Quiero intercalarme en las lagrimas, sostener el poco peso de un gramo
Quiero que en un solo segundo, en un fragmento de tiempo pueda desaparecer, sofocarme y olvidar lo que es vivir.
Quiero intentar escapar del mundo maldito de las miradas, de la indiferencia confundida con la ausencia.
Quiero huir del mundo que contiene seres que no despiertan, esconderme de aquellos que no conocen y se somenten a la apariencia.
No me importa el alejamiento, solo quiero confundirme en lo cotidiano y pasar al estado energético que se confunde con la naturaleza y con aquello mundano e intangible.
No quiero ser materia que se roza, solo el calor y frío que se percibe inesperadamente.
Quiero que lo ilógico pase al estado de sobriedad para que el deseo sea aceptado por aquello que note la intención constante por no estar.
