Casi media noche, titiriteo de frio y me envuelvo en las cobijas de mi cama hasta que siento que no entra un solo soplo de viento frio por la espalda.
Una mesita de noche y si recuerdo a como intentaba tenerla antes creo que ha cambiado, paso de tener un portarretratos y cantidad de relojes a cuatro libros, una flor y fotocopias.
De lo primero que veo y que esta mas cercano, esta el libro que me regalaron de pregrado y que llevo a la mitad, el juicio a un nazi de alto rango militar!
En la mitad el gordote "Mago de las estrellas" el ultimos de los libros que me regale y del que apenas llevo dos capitulos leidos. Y entre este ultimo y el primero todavia no mencionado hay unos manuales de la camara digital, uno de mis hobbies pero cuya nueva tecnologia no he sabido manejar y poco tiempo le he dedicado. Finalmente "el Golem", terminado pero con unas frases pendientes de meditar.
En otro lado, al medio de la mesita una flor en madera, naturaleza permanente que no podia faltar, me retoma a los origenes inevitables del ser humano que lo hacian tan sencillo y autentico.
Y al otro extremo de la mesita otro libro y cantidad de fotocopias. Fotocopias del Magister. Estudiar, nada que hacer, me encanta y se mantiene presente en mi cotidianidad. Y no podia faltar, el libro de Tai Chi, tambien leido a la mitad, el que me recuerda como debo respirar y caminar.
Suspiro.
Me he dado cuenta que la mayoria de cosas hablan de mi, pero estan a medias. Mientras escribia recordaba la palabra estancada y me di cuenta que deje muchas cosas de mi estancadas. Puedo dejar mi vida como lo ha sido mi mesita de noche: un almacenamiento de recuerdos. O puedo continuar con los ritmos de la lectura, de los paseos matutinos a la naturaleza de asfalto con un lente manipulable, pensarme de nuevo a mi en mi andar, para seguir dandole paso a nuevos contenidos de la mesita de noche, que me retomen y que sigan hablando de mi.
